Por desconocer su verdadera esencia: espiritual

¡Cuánta inconsciencia entre los humanos! Unos porque no saben lo que son en realidad; y, otros, los prestadores de servicios funerarios, que se provechan de la tanta ignorancia que arropa al mundo, considerada como el “pecado capital” entre la especie, para hacer grandes negocios, y cuyos actores mercantilistas, no piensan que pueden acarrear karmas punitivos diversos después, por su accionar más que cuestionable siempre. De tal condición, evidentemente, es que se desprenden las vanidades y las ostentaciones sociales desmedidas de estilo, como las “gulas” comerciales evidentes.

De ahí que, esas proclividades ni siquiera se detengan ante la ocurrencia del acto convencional llamado “muerte”, y que no es más que un cambio de ropaje carnal, siempre necesario durante el sendero evolutivo que debe recorrer el Alma (espíritu encarnado), por lo que a la sazón de ordinario se procura aparentar socialmente; y, los “vivos” que se dedican al comercio alusivo, como es lógico suponer, obtener las mayores ganancias posibles. ¡Lo elegante y vistoso hay que pagarlo!

Por eso, cuando las desencarnaciones se producen a nivel de los elevados estratos sociales, como aquellos de la llamada clase media alta, lo primero que se hace es publicar extensas esquelas mortuorias para anunciar la partida; lugar de exhibición del cadáver, y camposanto (cementerio) de destino.

Luego, para los funerales del bagazo carnal que abandona el espíritu que lo habitó durante un tiempo, se requiere de lujosos ataúdes, al último guay de la moda, cómodos y placenteros hasta más no poder, como construidos de selectos materiales. De momento se les agregará a esas “cajas para muertos” un celular, y una tableta, para que los cuerpos inertes en ella colocados, puedan “chatear” con sus iguales en las tumbas, cuerpos ya sin vida por igual.

Pero, además se requiere de dos limusinas, una para cargar las flores y coronas durante el trayecto del entierro, que ya al día siguiente están secas, cuando no es que se las roba el tigueraje destacado en los camposantos; y la otra, para llevar el féretro con los restos mortales del extinto de que se trate. Algunos deudos van más allá, pues procuran y pagan en adición, los servios de tranqueadores, para hacer más tranquilo, solemne, y vistoso el último paseo callejero del “muerto” hasta su morada definitiva.

Y, cuando se llega al hábitat final, donde por siempre habrá de residir, y en que, a los pocos días, ya ese cuerpo será presa de gusanos múltiples, podredumbre, y un hedor insoportable, ahí es que la pomposidad es grande, acompañada de un “mercantilismo” fehaciente, y los aprestos mercadológicos bien presupuestados de los dueños de los cementerios privados, si es el caso. Hasta la “Puerta del Cielo” la mudaron para la Tierra. ¡Ah mercaderes osados!

Si esa entrada a dicho lugar Celeste, como es lo que se entiende de ordinario, fuera tan fácil de lograr, ya la humanidad no existiera. Antes de llegar a ese, aun sea de manera transitoria, o definitiva, finalmente, se tiene que recorrer un largo sendero evolutivo, repleto de misiones divinas que cumplir, como de conquistas kármicas asignadas en cada corriente de vida que se curse.

Evidentemente, los servicios de ese tipo constituyen un jugoso sector empresarial. que se viene desarrollando rápidamente a nivel local, en connivencia sabida con autoridades municipales del país, y connotados políticos en el poder. Luego, hay que promover el negocio cada vez, para hacerlo siempre mayor rentable, aun sea a costa de la ignorancia esotérica de los potenciales usuarios.

En esos lugares se pueden observar: arquitectónicos sepulcros, nichos, bóvedas, ornamentos físicos para decorar los entornos, salas de recepción para deudos y público en general, iglesia, hermosísimas carpas protectoras etc. ¡Cuánta vanidad de vanidades!

Total, ¿para qué?  ¡El muerto ya no ve! Sí que es, para complacer el “morbo” de los asistentes a los actos fúnebres; cuando no, romperles los ojos, como se dice, a determinados personajes “rivales económicos”.

Muy pocos son los que equiparan esas actitudes y comportamientos vanidosos, con el hecho de que, una vez en ese sitio, todos somos iguales; se pierde cualquier condición económica separatista reinante; los egotismos y las arrogancias se van para “casa del carajo”, como dice el pueblo, conjuntamente con la raza, y el color de la piel que se tenga. “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Génesis 3-19, Sagrada Biblia. Entendible, en alusión a lo físico.

Según estudiosos, y maestros esoteristas muy autorizados en la materia, inmediatamente los espíritus desencarnan, y durante los primeros días después, los mismos observan todo cuanto ocurre alrededor de los cuerpos físicos que usaron como templos transitoriamente, a los que permanecen apegados, aun, bajo cierto estado de inconsciencia por el que atraviesan seguidamente, con respecto a reconocerse a sí mismos. Y, sí pueden percatarse de todo accionar en el curso de los funerales de que son objeto los despojos carnales abandonados, llevados a efecto por sus deudos y acompañantes.

Por tal razón, ese es uno de los aspectos negativos que se aluden con relación a los procesos de necropsia y cremación a que pueda ser sometido todo cuerpo físico. Los espíritus de que se trate, los sienten como agravios a sus templos de carne y huesos, sufriéndoles tales.

Aunque terrenalmente hablando, también se alega que, esa práctica ultima tiene sus ventajas, en el sentido de la higienización ambiental – evitar que las emanaciones, o derrames cadavéricos indeseables infecten los aires -, por un lado; y, por el otro, el desprendimiento del espacio grosero al que ya no se pertenece, es obvio que, se produce más rápido por parte de los espíritus, al momento de tener que regresar a su verdadera casa: el plano espiritual.

De muchos es conocido que, de los tributos correspondientes al espíritu, hay dos que se destacan a todo dar, podría decirse, que son: humildad, y servicio incondicional hacia los demás, por su naturaleza esencial.

En consecuencia, ambos deben ser honrados tras su partida del plano físico, reflejándose los mismos en los funerales de sus despojos corporales: procediéndose con la mayor sencillez posible al despedirle, y dedicando todo el dinero que se gasta en vanidades y fantocherías mundanas, en la compra de alimentos y medicinas, a los fines de obsequiarlos a los carenciados conocidos que más los necesiten. También puede ser para otro tipo de ayuda. Ante un proceder así, esa entidad espiritual, aun en su espacio sutil ya, se sentiría mejor.

A “cranear” sobre lo expuesto, y dejar de ser tan parejeros, como ostentosos. acogiéndose siempre a la gran máxima aquella de que: “Debajo el Sol todo es vanidad y aflicción de espíritu”. (Eclesiastés 1 – el Predicador), Sagrada Biblia.

 

Auto: Rolando Fernández

 

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Inconsciencia oficial, y aprovechamientos obvios

¡Vamos a lo seguro! Por ahí llegan los cuartos que necesitamos, para usarlos en nuestros proyectos diversos; menos, en los concernientes, si es que acaso se tienen, a la satisfacción de las necesidades pueblerinas de los dominicanos.

Ese luce ser el parecer que prima entre los políticos de este “solar”. Por ello recurren semanalmente al llenado de la alcancía denominada “precios de los combustibles”, cuya obligatoriedad de uso es fehaciente. Todo el mundo tiene que ir a beber el agua de esa tinaja, sin importar cuánto haya que pagar por ella.

Es uno de los factores a ponderar en la adopción oficial de medidas desaprensivas como esa.  Hay que pagarlos a cómo sea, y el fardo impositivo aplicable nos sacia sobremanera. Importan poco las tantas quejas; y, las bien fundadas opiniones en contra de los abusos que se cometen en ese orden.

En consonancia con los reclamos recurrentes, hasta una explicación “crítica” de la ideada fórmula que se utiliza para el cálculo de los precios, fue publicada, y señalados los efectos muy cuestionables de las subjetivas variables que incluye la metodología aplicada, en un trabajo que realizara el Ing. Virgilio Malagón, y que diera a conocer a través del periódico “HOY”, edición de fecha 29-9-18, intitulado: “La fórmula del MIC: Una aberración del mercado de los combustibles”.

También se escuchan con frecuencia determinados pronunciamientos antigubernamentales, debido a los golpes económicos severos que recibe la población cada semana, relacionados con dichos precios, y los oídos sordos de las autoridades competentes; como, la indefensión social obvia que se entiende. Las estadías en el poder son para sacarles el mayor provecho posible. Así de seguro lo dirán los “buitres” mandantes, idos y presentes.

Qué  se esgriman factores tales: lo inadecuado de la ley que rige sobre el particular, concebida, aprobada, y  promulgada por los políticos de nuevo cuño, según altos entendidos en el asunto de que se trata, con propósitos impositivos medalaganarios evidentes; como, el que se pueda recurrir a discrecionales actitudes circunstanciales de momentos, o coyunturales electoreras, según han sido los innúmeros reclamos enmendatorios que desde la entrada en vigencia de la referida normativa se han venido elevando, no mueve  acción correctiva alguna  por parte de los gobiernos que se han tenido desde entonces.

“Qué aguanten todos estos fantoches”, es la otra condición estimada favorable que se aprovecha. Se entiende que los dominicanos, en su gran mayoría, es gente comparona, y que siempre está en disposición de pagar, a cambio de poder ostentar públicamente apariencias, aunque internamente “se la esté llevando el diablo”, como se dice, con líos económicos hasta la coronilla

En este tenor último, solo hay que pasear la vista por las calles y avenidas del país, para darse cuenta de la gran cantidad de vehículos de lujo que circulan, con sus respectivas marcas y modelos actualizados, conducidos muchos por personas que no pueden ocultar en sus rostros las preocupaciones de orden económicos que cargan, aguijoneándoles sin piedad,  que les provocan hasta el convertirse en infractores de las normativas de tránsito vigentes, y llevar consigo un estado de ánimo belicoso evidente.  Por eso discuten, pelean, y hasta matan a cualquiera, por un nimio accidente vehicular, cuando no el simple rayado de sus vehículos

“Más buenos que es así”, como dice una amiga nuestra: pescar en rio revuelto; donde no se reflexiona sobre un menor consumo requerido ya de combustibles; y, menos en cuanto a dejar de ser tan comparona la gente.

Tiempos muy buenos de pesca: los largos fines de semana presupuestados; y, con base legal, para transferibilidad de los días feriados. ¡Nunca los precios bajan a la sazón!

Ahora viene uno muy fructífero para los recaudadores fiscales del patio: la vagancia de la “Semana Santa”, hoy seudo religiosa. A playar, veranear y beber, durante ese extenso período de celebración mundana. Y claro, a quemar combustibles sin contemplación.

Qué esperen el “fuetazo” del aumento para esa semana, sin importar que los precios del barril de petróleo se reduzcan en el mercado internacional. Eso de costo del oro negro en el exterior, es pantalla nada más, para embaucar a los consumidores, tarados, y presumidos. ¡Además, el romo, las playas, y montañas, todo hacen olvidar!

 

Autor: Rolando Fernández

 

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La economía marcha bien. ¿Será eso en este país?

Qué contradicción más llamativa se verifica, de ser tal cosa aquí. ¡Indudable!, ¿verdad? No se tiene que ser ducho en la disciplina de los pronósticos, gráficos, promedios, y un léxico muy especial, incomprensible por muchos interlocutores oyentes, para darse cuenta de la falta de correspondencia entre el bien, como la estabilidad de la economía que se aseveran en Dominicana, y la cruda realidad que vive un amplio segmento de la sociedad en esta nación.

Los “cacareos” relativos de las autoridades monetarias nuestras ante la misión de los tecnócratas pertenecientes al Fondo Monetario Internacional (FMI) que visitan la República en estos días, dizque para “evaluar el desempeño macroeconómico desde sus perspectivas (“consultas correspondientes al Artículo IV del Acuerdo Constitutivo de ese organismo”) -, según reseña aparecida en la prensa local -, distan bastante del modus vivendi de la gente aquí, caracterizado por suficientes penurias, y carencias innúmeras de todo tipo.

Una pregunta que asaltaría a algunos pensantes en este “solar” es, y por qué esos prestamistas internacionales, “injerentes” en grado sumo, respecto de los asuntos internos de los países con que tratan, no hacen lo mismo con el micro de allí, para que sepan lo que en verdad pasa a ese nivel. Ahí es que “la pintura es dura” para los pueblos empeñados con el exterior, verbigracia, el nuestro. Todas las medidas recomendadas por esos “sabiondos” repercuten sobremanera en tales litorales.

Al parecer, sobre ese ámbito tan importante, poco interesa evaluación alguna, cuando el objetivo real subyacente es la concesión de algún nuevo empréstito, que debe ser lo que anda buscando en el fondo la gente de esa entidad, administradora de los excedentes de capital de los ricos del mundo, entre otras, y a los que hay que buscarles mercado para su colocación.

Se supone que, de alguna forma esos logros tan marcados de que se habla en el orden de lo tratado, según las puntualizaciones internas hechas, deberían trascender hasta un porcentaje significativo de la sociedad local, en términos de la satisfacción de las necesidades más perentorias que acosan a la misma, y que incluyen las concernientes a tan importante servicio, como aquel de la salud, y conexos, entre otros.

En cambio, lucen esos más ausentes, e inalcanzables cada vez, pese a las alharacas halagüeñas que se hacen en el sentido de lo que nos ocupa. Claro, que las cosas serían distintas, si no fueran las puras demagogias y politiquerías de estilo acostumbradas, en el marco de la llamada posverdad, para engatusar a los ingenuos, en voces de los gobernantes modernos y sus “acólitos” más directos.

Sí, está presente en esas afirmaciones del bienestar económico y estabilidad, la indicación de que se sigue jugando con la inteligencia ajena en esta República, y usándose el “bobo” para la población del crecimiento económico verificado en el país, el mayor en la región del Caribe, que dizque oscila entre un 6 y 7% del PIB. ¡Creíble eso nada más en papeles!

O, la necesidad de que todos esos indicadores arcaicos a que se hace referencia como muy efectivos, van a tener que ser revisados, cuando no redefinidos, de manera tal que reflejen situaciones más reales sobre los comportamientos de las economías.

Eso, por un lado; y, por el otro, en lo que respecta a nosotros  los dominicanos directamente, los tecnócratas de la disciplina, – Economía -, van a tener que complementar sus análisis y proyecciones, llevadas a cabo en lujosos despachos, con muy buen aire acondicionado, dándose sus “baños pueblerinos” de cuando en vez, y respirar un poco el hedor de las miserias callejeras que se tienen; como, el que emana de los populosos barrios carenciados existentes.

También, hacer uso del transporte público de pasajeros utilizado en Dominicana, aunque en algo se les ensucien los caros vestuarios con que se exhiben. Ahí sí que se recogen valiosas y concretas informaciones relativas, sin adornos ni demagogias.

De lo contrario, les va a ser muy difícil pegar con sus pronósticos, y calificaciones después.

 

Autor: Rolando Fernández

 

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A Dios no se le pide nada; sí procede agradarle siempre

Cuán equivocadas viven muchas personas que se autodefinen como religiosas, y que solo les hace inclinar hacia el Gran Arquitecto del Universo, el pedir ayuda para que Él intervenga en la satisfacción, o solución, de sus necesidades físicas perentorias

Incluidas dentro de esas están, aquellas que tienen que ver con la salud directamente de la gente, producto muchas veces de las desaprensiones precedentes en que se ha incurrido; o, que constituyen karmas punitivos más bien, que provienen de vidas anteriores, y cuyos efectos a conquistar constan en el prediseño de la corriente de vida que se esté cursando en la actualidad.

¡Craso error!, religiosos solo para pedir, nunca para representar terrenalmente al Creador, misión real para la cual se concibió todo hombre, según los que saben, a su imagen y semejanza, la “Idea de sí Mismo en Expresión”; pero, no en lo que respecta a lo físico, raza, color, y sexo, etc., como es lo que de ordinario se cree.

Tal similitud atribuible, de acuerdo con los más altos entendidos, sí tiene que ver con las Tres Personas en Uno: Padre, Hijo, Espíritu Santo. “Dios es un hombre blanco, con barbas y pelo lacio”, tal piensa la mayoría de religiosos confundidos, claro está.

“¡Ja, ja!” Pero, ocurre que, según dice en la misma Biblia Sagrada, al alcance de todos, “Él nadie le ha visto jamás”, (Libro de Juan).  Se deduce entonces, una enorme capacidad de imaginación en los llamados creyentes convencionales. ¡Debido a eso se infiere, qué todo es un invento, en el marco de la mente humana.!

Por eso es que, adherirse a los convencionalismos, hace tanto daño con relación a la espiritualidad aplicada, como a la evolución necesaria a cargo de la especie humana. Se requiere investigar, y no limitarse a decires nada más, aunque provengan de donde sea.

Según dice una de la Leyes Espirituales que rigen para el “juego” de las Almas en este plano terrenal, “Como es arriba, así es abajo”. Es entonces obvio que, en ambos espacios, o litorales, las cosas hay que ganárselas; que nada se regala aquí, tampoco allá; y, evidentemente, todo el mundo recoge lo que se siembra. Por tanto, son los pensamientos, actitudes y acciones los que luego supeditan el devenir, o futuro particular más bien, de los hombres todos (general).

Extrapolando, si cabe el término, los comportamientos observados en este plano de la materia física densa, hacia los sutiles, entendiéndose como tales el Universo inmanifiesto, que siempre deben estar aquellos en correspondencia con los mandatos divinos direccionados, como con los prediseños existenciales de orden – “nunca errar en el blanco”, refiriéndose a esos, que es el significado de la palabra pecado en el idioma griego – las respuestas deseadas, a manera de premios, o milagros, desde allí, siempre habrán de llegar, sin la necesidad de nada tener que pedir. ¡Todo se recibirá cuando convenga!

Ahora, ¿qué no es conocido allí?, sería la gran pregunta. Y precisamente, partiendo de tal supuesto, podrían concederse dispensaciones a los humanos, como gratificación por los comportamientos observados, pídase o no ayuda, dejándose algo de lado la inexorabilidad de la Ley de Causa y Efecto, ya sea de forma total o parcial.

Cabe señalar antes de proseguir, que, según las enseñanzas espirituales, todo hombre siempre tiene compañía divina.  Entre otras, la de un ángel guardián que protege y anima (la voz de nuestra conciencia); un guía espiritual: una entidad que ha vivido antes en la Tierra, y que luego de desencarnar, se ofrece para ayudar a sus hermanos que han quedado en el planeta; como, ángeles (ayudantes más “cotidianos” del Creador, podría decirse), y arcángeles, encargados de supervisar el plan general evolutivo en el plano físico. También se habla de espíritus desmaterializados de familiares fallecidos, o amigos, que se prestan para ofrecer orientaciones a los deudos que los han visto partir, hacia su verdadera casa, transitoriamente o no.

A todos ellos se les puede pedir interceder ante la Fuente, el Padre Supremo, para que derrame gracias sobre sus criaturas terrenales frente a determinadas situaciones. ¡Lo hará si es Su Voluntad! Esos espíritus invisibles accederán ante una solicitud previa de auxilio, de esas que se elevan cuando “se tiene el agua al cuello”, como se dice, siempre que su accionar no interfiera con el sendero evolutivo que se esté recorriendo de momento. Se debe recalcar que, la ayuda hay que pedirla, ya que esos seres nunca intervendrán en la corriente de vida de los humanos, mutuo propio.

Claro, las cosas todas ocurrirán en el momento que más convenga al curso evolutivo del Alma de que se trate, sobre lo cual decide y controla el “Hacedor de Todo”; el que permite que podamos ver, aunque a Él no, la Divinidad Suprema.

De ahí, el que con frecuencia se crea que muchas peticiones (oraciones) no tienen respuesta alguna, por negativa del Creador. Pues, no, cabría decir. Lo que pasa es que, según las enseñanzas esotéricas connotadas, no siempre, tras ser elevados los requerimientos, es el tiempo preciso para responder; o, que tampoco nada aún se ha hecho para merecerlo.

¡Qué se haga su Voluntad siempre!, es lo único que se debe pedir al Padre en los Cielos, como se diría popularmente, aunque algunos no lo consideren así. A Dios no hay que pedirle nada más. ¡Él todo lo ve, y sabe cuándo dejarse sentir, o intervenir directamente en lo que sea.

Sí, agradarle siempre, a través de la observación sostenida a sus leyes y mandamientos; de la manifestación del amor incondicional, qué es Él Mismo, por parte de sus Atributos divinos terrenales ideados, en este caso los hombres (general); como, el amar al prójimo como a sí mismo; y, nunca desobedecer la considerada “Regla de Oro”, que Jesús el Cristo, durante su Ministerio, recomendó, en Mateo 7-12, Sagrada Biblia, y que más o menos así resumida dice: “no hacer a otros, lo que no guste para ti”.

Con esas cosas, sí es que se agrada a Dios, y las bendiciones, al igual que toda ayuda y dirección de lo Alto, de seguro se recibirán, sin pedimentos alguno. Vendrán como las lluvias inesperadas, cuando la Madre Tierra necesita refrescarse. ¡Claro, todo será en su oportunidad!

 

Autor: Rolando Fernández

Porque no hay oposición política en Dominicana

Solo los “caciques” morados al bate! Aquellos que se creen dueños absolutos de la única entidad política en el país, creíble otrora, por quien fuera su creador, mentor y líder supremo exhibible, el maestro Juan Bosch, son los que solamente están parados en el “home play” para batear, como se diría en el argot beisbolero, y recibir los cómodos lanzamientos de una serie de lambones, chupa medias, y busca cheles, como la gran ayuda para que cualquiera de los dos alcance el poder en el año 2020, y se continúe con las mismas patrañas y burlas en contra de este pueblo, que luce anestesiado, como el humano que está en espera de una cirugía mayor, si cabe el símil. Parece que no hay más dominicanos aptos, para dirigir los destinos nacionales.

Claro, se está haciendo provecho de la maltrecha oposición política existente en el país, si es que como tal se le puede considerar, compuesta por un grupúsculo de advenedizos buscando solo lo suyo también, como de gente que ya quemó todos los cartuchos, pero que está inconforme con cuánto antes consiguió, en desmedro de los haberes estatales.

Por supuesto, todo hay que consultarlo, y coordinarlo con los caciques morados sobre el tapete, o sus adláteres en defecto; sino, la pieza musical no sale bien, la cual tiene incluido cinco acordes básicos: una eventual reelección del mandatario actual; la conformación de un nuevo traje para la Constitución de la República, que permita el reenganche oficialista presente;  el retorno de uno que ya fue, dentro de las alicaídas huestes moradas, que ahora está pensando hacer lo que no hizo durante sus doce años de gobierno; celebración de las primarias para escogencia, abiertas, semi-abiertas, o cerradas; cómo buscar los cuartos para cubrir el nuevo invento; y, finalmente, la automatización del proceso electoral venidero. Todo eso, si no es que algo más se le pega al CD presente.

A esos respectos, la oposición de los seudo contrarios a lo que se tiene, que vienen haciéndole el juego al partido en el poder, se les procura solo opinar de “soslayo”, como para que no digan, y las figuras más destacadas entre ese conjunto de advenedizos, trepadores en su gran mayoría, como de gente quemada ya políticamente hablando, se muestran anuentes, debido a que reconocen las pocas posibilidades que tienen para alcanzar la presidencia de la República; o, bien saben lo que en verdad quieren: subirse al tren estatal que se pueda.

Lamentablemente, mientras los políticos del patio bailan ese despreciable “popurrí” electorero, los problemas acuciantes para esta sociedad continúan in crescendo. Ninguno de esos turpenes mira para ellos, que no sea para andarse con las demagogias de estilo, y justificar la indiferencia, o falta de atención a los males presentes, por la falta de recursos presupuestarios.

La verdad es que, cuando cualquiera repara, y se detiene a pensar sobre el actual panorama político nacional, las conclusiones a las que de seguro arribará son: que este pueblo hoy en verdad no tiene doliente alguno; que ya los hombres en este país se acabaron; que esta sociedad solo está “pariendo” parásitos humanos, entre los que se encuentran: homosexuales, megadivas (trabajadoras sexuales), y delincuentes a granel. ¡Qué esperanza, mamacita!

Además, que ya en Dominicana están dadas todas las condiciones para la instauración de un régimen de fuerza, como el que otrora gobernara; y, que sería la única de forma de sacar este país del camino hacia el derrocadero bastante profundo a que viene siendo conducido por las esferas de poder enquistadas, o establecidas con firmeza aquí, desde donde difícilmente jamás podrá salir.

¡Bueno!, más que concluyente resulta entonces: aparecen los hombres opositores de pelo en pecho, para exigir nuevas condiciones de manejo en el Estado nacional, y al mismo tiempo   conquistar ciudadanos pulcros, como aptos para dirigir el mismo, o se verá acabar de hundir la nación dentro de poco tiempo. ¡No cabe duda de eso!

La otra alternativa correctora sería, el que esta sociedad, ya “jarta” de tantas burlas, patrañas, endeudamientos con el exterior, corrupción, delincuencia, inseguridad ciudadana, etc., como el antinacionalismo evidente, patrocinado por algunos políticos de nuevo cuño, que promueve una desvalorización total de los símbolos y valores patrios, se incline por un “gobierno de botas”, que procure “ponerle cascabel gato”, como reza el refrán popular.

 

Autor: Rolando Fernández

 

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A dos años, y más, los efectos “INTRANTIANOS” no se ven

Después de tantos forcejeos, alharacas a granel, reuniones entre la autoridades locales y los pseudo sindicalistas pertenecientes al área del transporte en el país, congresistas, etc., a los fines de lograr la aprobación y promulgación (24-febrero) de la Ley 63-17, sobre “Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial”, considerada en su momento como la “panacea” resolutoria del mayúsculo caos, desaprensiones y temeridades, jamás vistos a nivel de esa  área, se  continúan desarrollando las actividades a que se refiere la misma de igual manera; quizás yendo de mal en peor cada vez, entre los dominicanos.

Vergonzosas y deprimentes se tornan esas acciones, las cuales constituyen el mejor espejo para cualquier analista u observador, con relación al desorden, anarquía, falta de respeto, institucionalidad, como de autoridad evidente, que se verifican en esta República, con traslación hasta todos los demás sectores nacionales.

Solo hay que disponerse a transitar por las calles y avenidas de la nación, a horas pico, principalmente, para percatarse de lo que en realidad viene ocurriendo en tal sentido. ¡No hay que hacer mucho esfuerzo!

Ahora,  si la decisión es hacerlo como peatón, a pie, se debe tener sumo cuidado, para no tropezar con los vehículos estacionados sobre las aceras,  obstruyendo el paso, o que algún motorista se lo lleve de encuentro, de esos que se desplazan desaprensivamente sobre las mismas, para evadir los taponamientos de automóviles, que ya se han convertido en una costumbre aquí, a  veces hasta provocados por los mismos agentes de la AMET, siguiendo esos líneas superiores bajadas, según la percepción que tienen algunos ciudadanos, para provocar mayores consumos de combustibles, mientras se está varado. Constituyen aquellos, cabe agregar, una de las alcancías del Gobierno.

¡Muy lamentable y desconcertante!; pero, a dos años de haber sido promulgada la precitada normativa, para un orden público tan necesario, y de entrar en vigencia, a partir de que fuera designada la directora del referido instituto, en los primeros días de julio del 2017, los resultados apetecidos no se alcanzan a ver por ninguna parte.

Todo se ha circunscrito a recabar informaciones, dizque para edificación, sobre aspectos lacerantes en ese tenor, que están más que a la vista, desórdenes y caos fehacientes; preparar reglamentos que se quedan nada más que en papeles; como, a muchos bla, bla, bla; titulares para entretener a la población en los periódicos; y, a las chácharas de las bocinas pagadas que mantiene el INTRANT, para hacerle coro.

En lo que sí están haciendo marcado hincapié es en la imposición de multas aplicables a los infractores, con un incremento que luce hasta abusivo, mínimas: hasta RD$10,000, sí son tomadas en consideración las condiciones económicas del grueso de la sociedad dominicana.

Total, aunque todo en ese sentido se quede tal cual está, nada se va a resolver, que no sea satisfacer los aprestos recaudatorios del gobierno. Es obvio que, la gente se habrá de inclinar acá por menos pagar; y, que la rabia continuará, aunque se procure matar el perro de esa forma.

Los males tan profundos que se tienen dentro del sector transporte aquí, dada la envergadura que ya han alcanzado, amen de las desobediencias alarmantes que la ciudadanía inconsciente observa, no se van a resolver con puniciones pecuniarias, por altas que sean. ¡Se necesita de mano dura para eso!

Por ello, se van a tener que definir y aplicar medidas más contundentes. Si es posible, hasta incluir la detención, y prisión carcelaria, en los casos de las flagrantes infracciones acostumbradas a la ley correspondiente, como los recurrentes irrespetos todos, en que se incurra alegremente.

 

Autor: Rolando Fernández

Eso poco importa a los que gobiernan

La verdad es que, cuando las sociedades se degeneran por completo, todo civismo ciudadano tiende a desaparecer como por arte de magia; deberes y responsabilidades del grueso de las personas, a observar con relación a los demás congéneres, y otros elementos importantes, se ignoran sin contemplación alguna.

Los derechos de propiedad, sin importar que los bienes muebles, o inmuebles, pertenezcan al Estado, al sector privado, o al pueblo en general mismo, se burlan alegremente, se sustraen, o se destruyen, a pesar de cuántas normativas legales rijan, en términos de protección, y respetos contemplados hacia los mismos.

Para percatarse de esa deplorable situación que precede, en este país, considerado casi selvático ya, solo hay que transitar, a pie preferiblemente, por lo alrededores del “Jardín Botánico Nacional”, Dr. Rafael Ma. Moscoso, una obra tan beneficiosa para la salud de la gente aquí, y reparar en los deterioros que allí se observan, como consecuencia de las desaprensiones de tantos malos ciudadanos, inconscientes de sus deberes cívicos.

Todo, producto del maltrato, como descuido de que son objeto sus otrora hermosas zonas verdes laterales, matas ornamentales, y los frondosos árboles que fueran allí sembrados; como, de los robos inmisericordes de grandes pedazos de su valla metálica perimetral colocada, y de otras verjas complementarias en zonas de hondonadas peligrosas que existen en el lugar

También, se llevan las tapas de hierro dispuestas para las aperturas del sistema pluvial, y las alcantarillas cloacales, ubicadas sobre las aceras peatonales, sin pensarse de los riesgos probables que corren las personas que se ejercitan a diario caminando por el área. Y, en fin, de todo lo vendible, de “Fe”, que se encuentre por esos alrededores, se procura sustraerle.

Cuánta inconsciencia ciudadana, por una parte, y de autoridad en esta República, por la otra. Los gobiernos, tanto central, como municipal aquí, se han olvidado de los cuidos y preservaciones necesarias de los bienes públicos en general. Solo algunas cosas relativas se observan cuando se está en campañas electorales. Mayormente entonces, se hacen promesas, y luego todo se queda en carpeta, nunca aparecen los cuartos para hacer nada de carácter social, correctivo.

Por lo visto, habrá que reeditar de nuevo en Dominicana, la “CARTILLA CIVICA PARA EL PUEBLO DOMINICANO”, de cuando la llamada “Era de Trujillo”, (1951, sexta y última edición), “cuya redacción en principio estuvo a cargo de Ramón Emilio Jiménez, y que se instruyera a la sazón, ser adoptada como texto oficial por el Consejo Nacional de Educación. Fue recomendada por su autor a todos los dominicanos”. (Véase: “Trujillo: monarca sin corona”, de Euclides Gutiérrez Félix).

Quizás imponiendo otra vez las enseñanza allí contenidas, aunque es probable tengan que ser ampliadas, por la profundidad de los males presentes, se contribuya con la educación de este pueblo, que hoy luce como salvaje en un alto porcentaje; donde “na’ e na’, y to’ e to’”, como dice el relevo generacional presente; en el que nada se respeta, y las leyes solo se tienen para adornar los anaqueles de los juristas; y, cuando no,  para defender los intereses de los adinerados, como de los  político en ejercicio del poder.

 

 

Autor: Rolando Fernández