Gracias sentidas, por la instauración del llamado “doble sueldo” en Dominicana, debe dar mucha gente entre nosotros, aun sea nada más para paliar en un poco la crisis que abate a tantos ciudadanos en este país, y no obstante se produzca siempre al finalizar el año. Además, por el hecho mismo de tener como propósito concomitante, el reactivar todas las actividades comerciales aquí, al margen del mal uso que se hace de ésa.
Lamentablemente, la última se reporta, como un estímulo al mercado extorsionador económico capitalista, lo cual daña bastante el asunto. Se aprovecha la ocasión, como es bien sabido, para especular sin control, y ganarse todo cuánto no se pudo lograr durante los once meses anteriores.
Mientras algunos reciben unos chelitos extras para satisfacer determinadas necesidades, amortizar deudas acumuladas, y corresponder la inducción al consumo desmedido, algunos siguen sumidos en las mismas penurias. Solo les queda observar de lejos, mirando en los anaqueles de las tiendas, y vitrinas de los demás comercios; “oler donde se guisa”, como dice la gente. Luce medio injusto, ¿verdad?
Bastantes personas deben dar gracias en este país, reiteramos, principalmente los comerciantes, por ese hecho monetario, aunque en aquella época cuando eso se estableció, la especulación no tenía mucha cabida entre nosotros. No había tanta avaricia desmedida entre los mercaderes internos.
Tal deferencia, o miramiento obligado, hacía que un mayor número de gente, aun sin recibir regalía pascual, con las pequeñas donaciones que les hacían, pudiera hacer sus compritas. Claro, todo era en razón de lo preceptivo en vigor, por el respeto que imperaba hacia la ciudadanía en general a la sazón. De mayores beneficios para la sociedad se reportaba por consiguiente el salario No. 13, otorgado a trabajadores y empleados.
Evidentemente, aquí la costumbre ha hecho ley, como reza un viejo refrán popular. Ya para los dominicanos Navidad es sinónimo de doble sueldo. Tener un dinerito extra para mayores consumos. Ni siquiera para pagar parte de las deudas que acumulan durante los once meses precedentes lo consideran muchos. Todo lo contrario, se lían más económicamente en el mes de diciembre, porque el precitado sueldo, no les resulta suficiente para solventar todo lo que se aspira al finalizar el año.
Por romerías, festejos mundanos, y gastos excesivos se le ha cambiado la esencia espiritual-religiosa de esa celebración tradicional. Su valor en sí, se perdió hace bastante tiempo.
Sin cuartos, es muy probable que en Dominicana las personas no celebrarían las navidades. Y, aun teniéndolos, quienes en verdad disfrutan del período navideño son los comerciantes, con los altos volúmenes de ventas que logran realizar, y las especulaciones inherentes que llevan a cabo, sin control alguno por parte de las autoridades competentes.
El que quiera comprobar lo expresado, solo tiene que girar una visita en estos días por las grandes tiendas y supermercados del país. ¡Falta Año Nuevo, y el Día de los Reyes! Los precios han sido aumentados inescrupulosamente, para sacarle del bolsillo a la gente los chelitos del doble sueldo.
Se hacen innúmeras “truchimanerías” mercadológicas para atraer a los ingenuos compradores inducidos al consumo: especiales, rifas, premios, etc., que al final nunca aparecen, y los tarados se amotinan desesperados, como corderitos, para dejarse manipular y estafar.
Es una de las ocasiones más, en que los comerciantes aprovechan las euforias ciudadanas para “hacer su agosto en diciembre”, como se dice, a costa de los pendejos, los descerebrados, aquellos que reciben el “doble”, para ir a dejárselo a ellos – los comerciantes -, en vez de destinarlo a un mejor usufructo.
Los ricos, por supuesto, no reciben regalía pascual; pero, como pueden gastar, lo hacen para inducir a los demás. Luego recuperan con creces lo que invierten, por vías distintas, principalmente a través de sus negocios y empresas industriales.
Si a ver vamos, a quienes en realidad se les otorga la regalía pascual de manera indirecta, es a los comerciantes; no a lo empleados, y trabajadores diversos, con casos excepcionales que se pueden contar.
¡Esa es otra dadiva, o caramelo envenenado, que promueve el sistema prevaleciente!, por la forma de entrega, y la intención en el uso de esos dineros por parte de la gente, que obviamente subyace.
El día en que a alguien se le ocurra eliminar la regalía pascual en este país, aun se entienda como un derecho de los trabajadores y empleados nuestros, es difícil que se pueda ver entre nosotros el celebrar las navidades, como en la actualidad se verifica. Aunque, poco previsible se reporta el que tal decisión se pueda adoptar, debido a los efectos dañosos que se derivarían en términos generales.
Sí existe la pretensión en estos tiempos de cosechas empresariales unilaterales, según ha trascendido, de eliminar la cesantía en el nuevo Código de Trabajo, lo que iría en perjuicio patente de los empleados o trabajadores, y que podría ocasionar una gran conmoción social, por el despojo de esos beneficios, según lo manifestara en una ocasión, en declaraciones a la prensa local, el presidente del Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), señor Rafael – Pepe – Abreu, con sobrada razón.
¡Esa sí luce factible!, ¿verdad?, porque nada más afectaría a un solo sector, empleados y trabajadores. Para los otros, con la regalía vigente, en diciembre se continuaría vendiendo igual, si es que la gente no abre los ojos; y, por supuesto, habría mayores beneficios. Pero además, el fisco recaudaría ingresos superiores por concepto de los impuestos derivados referentes. ¡Qué bien!
¡Así funciona el sistema capitalista injusto que se gasta el país, todo para un solo lado, siempre con el concurso, que también se reporta beneficioso, para su hermano inseparable, el político embaucador y alienante que tenemos aquí!
Autor: Rolando Fernández
www.RFCaminemos.WorldPress.com
Filed under: ECONOMIA | Leave a comment »