Por lo que hasta ahora se ha visto, en lo que va de la nueva gestión de Gobierno, todo luce indicar que el país habrá de continuar igual o peor, contrario a dos de los slogans que tanto se proclamaron durante la compaña electoral próximo pasada, tras la cual logró alzarse con la victoria, y alcanzar el poder, el licenciado Danilo Medina: “Corregir lo que está mal; y, hacer lo que no nunca se ha hecho”.
Cualquiera se preguntaría con sobrada razón, cuáles son las evidencias iniciales que hasta el momento se tienen en cuanto a que esas promesas serán cumplidas; aunque, evidentemente, los que las creyeron, son aquellos que no tienen ojos para ver, ni oídos para escuchar a los políticos de nuevo cuño, que ahora se gasta el país.
Todo lo opuesto es lo que se denota hasta el momento. Se pudo observar recientemente, la imposición, como “aperitivo” para la comida fuerte que habrá de venir después, ideada, y sazonada por los mismos “cocineros” desaprensivos del anterior mandato gubernamental, amén de servir como cajas de resonancia para la defensa de los intereses de los prestamistas internacionales, que les ofertan recursos frescos a la República, bajo determinadas condiciones, de un paquetazo fiscal abusivo, con ruegos demagógicos al pueblo para que se tragara la desagradable píldora, de tener que pagar por los platos rotos durante las pasadas fiestas que otros disfrutaron, y que luego se marcharon sin mirar hacia atrás, como queriendo adherirse al decir aquel que reza, “Después de mí el diluvio”. (Frase atribuida a Luis XV, rey de Francia).
La aplicación de las nuevas cargas impositivas ha traído como consecuencia, como era de esperarse, mayores sacrificios económicos para el pueblo; más deterioro en la calidad de vida de su gente, con el agravante de, hasta quitarles compulsivamente parte de los chelitos que muchos reciben por los dineritos que a fuerza de “malpasar”, han podido honrar durante años.
La prueba más fehaciente de eso es que, ya todos los sectores laborales de la nación, comenzaron a exigir con firmeza significativa aumentos de salarios, para que la gente pueda subsistir. ¡Las protestas no se han hecho esperar!
Por otro lado, la moneda nacional ha seguido devaluándose, lo cual contribuye más aún con la connotada escalada alcista que acosa a la sociedad del país. Los apagones han continuado su agitado curso, con mayor intensidad ahora, podría decirse sin temor a equivoco. El precio de los carburantes, de uso imprescindible, no cesa de subir; los congelan cuando se deben bajar.
Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado para bien? El vía crucis para la ciudadanía continúa de mal en peor. Y, de manera concomitante, los actos delincuenciales y la criminalidad, como la inseguridad ciudadana, que de ponerles muy poco coto han sido objeto, prosiguen castigando a la sociedad nacional.
Ahora vemos, y preocupa más aún, para completar el panorama desesperanzador, al que los dominicanos han tenido que irse acostumbrando, la catalogada “decisión de oro” que acaban de adoptar las autoridades del Gobierno, con respecto a la litis entre el Estado Dominicano y los adquirientes de manera irregular, según se considera, de los terrenos de “Bahía de la Águilas, en la región Sur del país.
Ese era un asunto que, desde hace mucho más de quince (15) años, se encontraba a nivel de las instancias judiciales de la República, a los fines de ventilación y sentencia pertinente. Sin embargo, trasciende ahora, como de manera súbita los supuestos infractores – poseedores de títulos de propiedad -, tras negociaciones por separado, al margen del proceso judicial que cursaba, salen airosos, altamente beneficiados con el reconocimiento bautizante de aquellas cuestionadas transacciones, que siempre se han entendido como muy lesivas al interés nacional. Las apetencias particulares continúan siendo favorecidas. ¡Qué bien!
De acuerdo con unas declaraciones ofrecidas a la prensa local por el señor Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, que aparecen publicadas en el periódico “HOY”, edición de fecha 18-2-13, éste dijo que, “la decisión se tomó ante la “imperiosa urgencia” que tiene Pedernales y la Región Sur de desarrollarse y crear fuentes de empleos”.
Además de eso, “recordó que la litis sobre esos terrenos lleva 16 años en los tribunales del país, y ante la falta de una decisión judicial el Gobierno optó por buscar una solución negociada, la cual aseguró se hizo con absoluta transparencia”.
A propósito de las declaraciones del referido funcionario, viene como anillo al dedo la famosa interrogante de la vieja canción, ¿Por qué ahora? Pero, hay otras más, que resultan bien procedentes sobre ese particular: ¿Por qué la justicia dominicana no ha decidido aún sobre el caso, a pesar de los 16 años ya cursados?
No obstante todo el tiempo transcurrido, es en estos precisos momentos cuando el desarrollo de aquel lejano pueblo, enclavado en la región Sur del país, se hace necesario; se constituye en una “imperiosa urgencia”. ¿Por qué tan de repente la decisión?
Un problema de esa envergadura, que otro Poder del Estado no ha podido dilucidar y resolver en tanto tiempo, tiene procurar solucionarlo una sola persona, el presidente de la República, y sus colaboradores, obviamente. ¿Por qué la prisa? ¿Será porque el primer mandatario de la nación es oriundo de esa olvidada región?
Son muchos los cuestionamientos a que mueve la decisión gubernamental anunciada, por lo que las protestas se dejarán sentir con fuerza para que la misma se deje sin efecto. O, habrá que tratar de convencer muy bien al pueblo, sobre la conveniencia de ese manejo inusual en favor de esa zona, con relación a la vieja litis legal sobre la enajenación por venta de esos terrenos de “vocación turística en Pedernales”, para evitar suspicacias, como la posible formación de una mala imagen por parte de la ciudadanía, respecto del Gobierno recién iniciado.
Eso, obviamente, viene a caer como “un balde de agua fría”, ante las presiones sociales y la intención presente expresada por los legisladores de la nación, aunque muchos de ellos fueron los mismos que lo aprobaron, sin leer nada – “a confesión de parte, relevo de prueba” -, de revisar y modificar el oneroso y perjudicial contrato suscrito entre la Barrick Gold y el Estado Dominicano, para la barata y alegre extracción de nuestro oro. ¡Sólo altamente beneficioso para la primera!
Posiblemente, también se trate de reconsiderar después con relación al dañoso asunto de Bahía de la Águilas, cuando quizás ya sea demasiado tarde para enmendar el mal ocasionado a los habitantes de aquella zona territorial, como a la nación en términos generales.
Muchos aquí esperan otra decisión gubernamental desafortunada, y es en lo que respecta a la apetecida explotación de la “Loma Miranda”, donde al parecer están moviéndose fuertes intereses económicos y políticos; ya que, a pesar de las severas denuncias y presiones en contra, provenientes de influyentes sectores de la vida nacional, el tema se mantiene sobre el tapete, con evidencias persuasivas de posibles negociaciones a corto plazo en favor de los aspirantes a llevar a cabo esa jugosa empresa. ¡Nada más hay que esperar para ver! Es muy probable, sea la misma actitud enajenante graciosa por parte de los que deben proteger, y salvaguardar para su gente, el patrimonio nacional.
Por el cúmulo de acciones desaprensivas que se viene registrando aquí, en esta República carente de protectores nacionalistas, procedente de los gobiernos que en los últimos tiempos se ha tenido, todos los ciudadanos de ésta tienen que mantener los ojos bien abiertos, para que un día no les sorprendan, y se aparezca alguien diciéndoles que son de su pertenencia, por haber sido vendidos como esclavos, o entregados en dación de pago, por parte de los políticos mandantes de nuevo cuño.
También podría ocurrir que, en cualquier momento, se encuentren con un amplio barco anclado en uno de sus puertos, que venga a recoger la prenda hipotecaria de lo que pueda quedar del país, ante el no pago de algún compromiso de esa naturaleza, de los tantos endeudamientos concertados, y que siguen su ritmo normal con el exterior.
Ojo al Cristo, dominicanos, ¡que los van a vender al mejor postor, si las actitudes de los políticos no cambian; no se duerman!
¡Nada se ha corregido!; ¿qué nuevo se ha hecho? ¡Todo sigue igual, o peor! “El camino hacia al infierno está lleno de buenas intenciones”. Claro, aún ninguna de ésas se ha concretizado aquí, por lo que no se sabe en realidad, cuál será el destino en nuestro caso; y, si para confirmar la excepción a esa considerada regla, podría ser el Cielo. ¡Oremos!
Rolando Fernández
Filed under: POLITICA | Leave a comment »