Es un dicho popular que data de muchos años atrás, y que aún mantiene intacta su vigencia plena. Se refiere obviamente, a los tantos bobos e ignaros que todavía quedan por cantidad; y a los que cualquier “vivo habilidoso”, convence con sus falsas promesas y demagogias bien pronunciadas.
Donde más se confirma la veracidad de esa afirmación, originada en la sapiencia popular que proporcionan las vivencias añosas y diversas, es en el contexto político, durante las campaña de los procesos electorales, en los que se pronuncian discursos cargados de retóricas y ofrecimientos infundados, con los que nunca se cumplirá.
Precisamente, ya en la República Dominicana se está en eso, de cara a los comicios presidenciales del próximo año 2012. Los candidatos definidos y los pre-seleccionados comenzaron con sus argucias, en compañía de los lambones que nunca faltan, para tratar de convencer a los ignaros que aún creen en las sandeces demagógicas que se estilan durante la ocasión; como en los falsos ofrecimientos que se hacen, para después no hacer nada, y que todo siga igual, o peor.
Se torna hasta risible estar escuchando ahora, a todos estos aspirantes con doble rostro que, después que el presidente Leonel Fernández, adoptó la decisión de no presentarse como candidato para las próximas elecciones – aquellos que han estado “guisando bien” y disfrutando bastante durante su gobierno -, hablan de la necesidad imperiosa de un cambio de modelo gubernativo y económico; de modificar todas las cosas que mal se han hecho, a su entender, durante la presente gestión; de la satisfacción obligada de las necesidades y servicios básicos que requiere la población; como, de un desmonte, o rebaja parcial significativa, en las cargas tributarias actuales.
Luego de, ¡sí, trepadores barbarazos!; para poder continuar degustando de las mieles del poder. ¿Por qué callaron antes, sobre esas cosas que hoy proclaman a todo pulmón; para seguir engañando a este pueblo? ¡Puede ser probable; pero, no sería tan fácil!
Dos ejemplos además, que llaman poderosamente la atención en esta campaña electoral que se inicia son: Dice don Hipólito Mejía Domínguez, expresidene del país que, “a partir del 16 de agosto del 2012 cancelará los contratos IPP y expulsará a la Cogentrix, por considerar que sus contratos con el Estado dominicano son indecorosos y lesivos para el sistemas eléctrico nacional”. ¡Eso lo ve él ahora! ¿Y por qué no lo hizo durante sus cuatro años de gobierno? (Véase periódico “Hoy”, del 6-6-11, página 4ª).
Eso de anular dichos convenios, habría que verlo para creerlo, con tantos intereses económicos, políticos-empresariales, que median en ese asunto del jugosos negocio de energía eléctrica aquí; en el que de seguro, participan algunos de sus colabores afectos más cercanos. ¡Que nadie se pierda!
Por otro lado, el señor Danilo Medina sostiene que, “Repartiría presupuesto en todo el país”; agregando que, “Los recursos del Estado deben llegar a todo el territorio de la República Dominicana en función de las necesidades de cada provincia”. ¡Que bien! (Medio “Listín Diario”, del 6-6-11. página 7ª).
¡Anjá!. De ser aplicado así el presupuesto nacional, de dónde se sacarían entonces los recursos para: amortización y pagos por los servicios de la voluminosa deuda externa que tiene este país (concertada principalmente, por el partido gobernante, y su caja resonancia, el Congreso Nacional); terminación de los mega-proyectos en curso, si es que hay continuidad de Estado; raro eso, pero…; el gravoso subsidio eléctrico que, al paso que vamos, siempre será una carga a soportar; y, los cuartos del disfrute y proselitismo de los partidos políticos que participan en el ruedo nacional, entre otros.
¿Se aprobará y se promulgará otra pieza presupuestaria, en la que se consignen tales rubros? Danilo, ¡ponte claro!, que aquí en el país aún queda material pensante, y gente que puede conceptualizar.
De todas maneras, muchas personas en esta nación, aun lo que se advierte con claridad meridiana, seguirán creyendo en los cuestionables decires de esos connotados aspirantes a la presidencia de la República, como en los de aquellos que ahora se agregan para el nuevo “certamen o torneo político” que se aproxima. ¿Por qué? ¡Porque todavía viene Pedro y jalla!
Rolando Fernández
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