Puesto en evidencia una vez más. ¡Ay Dominicana!

Solo cuando llegan las desgracias en este país, se habla de las causales que subyacen en las mismas, aun se conozcan de aquellas, con anterioridad suficiente.

Se hace cuando el agua, de alguna forma llega hasta el cuello, se debe recalcar.  Obvio que, esta vez subió hasta la boca, con el temporal de agua caído en el país durante las últimas horas.

Es la norma esa en Dominicana; pues de inmediato ocurren cosas lamentables, comienzan los cacareos, y los seudo análisis de los “pasa cantando” que nos gastamos aquí, como de los grandes culpables mismos – los políticos que han gobernado en la República durante años, sin hacer nada respeto de lo que se trate -,  a través de los distintos medios locales de comunicación del país.

Las lluvias torrenciales acaecidas en esta nación recientemente, han puesto al desnudo una vez más el gran descuido, como las actitudes desaprensivas de las autoridades municipales, principalmente, cuya única preocupación al parecer, es procurar votos electorales, y agenciarse fortunas económicas desde los puestos que desempeñan, Para eso es que van a los cargos públicos, aunque disimulen, y parezca lo contrario.  Referentes de más se tienen  

Ahora, y siguiendo con la línea principal de lo que aquí se expone, para las grandes obras de relumbrón, y que, por supuesto generan jugosas comisiones, y con las que se quiere vender un   bienestar inexistente, como el falso crecimiento económico del país, que tantos se cacarea, siempre aparecen cuartos suficientes.

No obstante, para resolver el problemazo que provoca la falta de un apto sistema de drenaje pluvial en la ciudad capital, como en otras; al igual que la construcción necesaria  de sistemas de alcantarillado óptimos, que desde hace años se vienen demandando aquí los recursos económicos no aparecen.

Obvio que, amén de eso está, la inaptitud comprobada de los que son elegidos para ocupar cargos de importancia dentro del tren estatal, verbigracia, para síndicos, o alcaldes, como ahora se les llama, que son los que tienen la responsabilidad directa de trabajar en el orden de lo tratado.

Pero, como no hay voluntad política, ni mucho menos capacidad para hacerlo, ¡qué es lo que van a ejecutar! Las autoridades municipales nuestras, lo que son es politiqueros, y analfabetos conceptuales en su gran mayoría, que van a esos puestos por la compra de conciencia ciudadana; o, que los catapultan grupos interesados; cuando no, personajes “selectos”, que luego van en busca de lo de ellos.

Para ocupar la posición de sindico en este país, es evidente que se requiere de gente con un perfil profesional acorde con las labores exigibles a llevar a cabo. No es para cualquier persona, por carita, o padrinazgo politiquero, como es lo que comúnmente se estila ofertar a los votantes del patio.

Mientras se continue seleccionando para el cargo de referencia a personas que solo reúnan esas condiciones, siempre habrá marcados desastres municipales en esta nación. ¡Quién le puede poner el cascabel al gato!, como reza un dicho popular; evidentemente el pueblo, tan pronto deje de estar “roncando”, y permitiendo que se le confunda.

Cuántos ineptos han pasado por la Sindicatura del Distrito Nacional, por ejemplo, y nada han hecho como era de esperarse; solo agenciarse grandes negocios, verbigracia, los que se han hecho con la basura. También, acumular riquezas.

Pero, además, en adición al poco accionar de los síndicos en relación con lo tratado aquí, está el bajo nivel de conciencia ciudadana que se verifica entre nosotros; y, los irrespetos fehacientes a las normativas que rigen en tal sentido.

Se arroja toda clase de desperdicios en las calles, avenidas aceras y contenes; que tapan por supuesto los filtrantes y las alcantarillas, sin que haya consecuencias penales.

Entonces, si bien es cierto que, las autoridades ediles competentes no funcionan, no menos cierto es que, muchos de los ciudadanos nuestros son parte del gran problemazo que se presenta, desde que caen dos o tres gotas de aguas en esta nación; máxime, cuando se presentan torrenciales y duraderos aguaceros, como, por ejemplo, ese último que se verificó en estos días.  

Luego, a elegir autoridades municipales competentes, ¡qué resuelvan!; y, a concienciar a los ciudadanos desaprensivos, que nada les importa, aunque sea necesario recurrir a la fuerza,

Autor: Rolando Fernández

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¿Hasta cuándo será el “pandemonio” vehicular en Dominicana?

Es una de las grandes interrogantes que se hace la gente aquí, ya que la paciencia se les va agotando a los dominicanos, frente al gran problemazo que se les presenta a tantos, para poder transitar de un lugar a otro, sea para estar a tiempo en sus lugares de trabajo; clínicas, u hospitales, en pos de resolver situaciones gravosas de salud; o, hacer diligencias que demande el diario vivir.

Desde hace un tiempo a la fecha, las dificultades en ese orden han venido cambiando de “castaño a gris oscuro”, como se dice popularmente, y no se advierte en realidad la adopción de los correctivos urgentes que ya demanda tan desesperante situación ciudadana, por parte de las autoridades locales competentes.

Todo lo contrario, sí que es lo que se aprecia de ordinario, como son los descuidos recurrentes; la falta de agentes de la AMET en calles y avenidas de gran flujo vehicular, para controlar el tráfico; las permisividades a muchos infractores envalentonados; y, el movimiento temerario de vehículos pesados durante las horas pico, entre otras “barbaridades” osadas que se cometen.  

Por el otro lado, están las improvisaciones, que cada vez son mayores, en la que incurren algunos funcionarios incompetentes dentro del ramo, normalmente tintadas de negocios soterrados, politiquerías, y aprestos electoreros.

Amén de eso se tiene, la importación de vehículos masiva; como, también la celebración de ferias populares para promover su venta, en que se ofrecen facilidades crediticias, y se mercadean atractivas tasas de interés.  

Ambas actividades prosiguen como en sus mejores épocas, sin ponderarse previamente el “tamaño” de la problemática aludida. Sin hacerse los estudios debidos, para asociar la capacidad vial del país, con relación al aumento del parque vehicular que se viene provocando.

¿Y entonces, se va a resolver así la problemática aludida?  Por el contrario, lo que se está haciendo es empeorando más aun tal pandemonio. ¡Eso es innegable!

Ahora, hay quienes piensan, y hasta lo externan en voz alta, que los tapones en el tráfico de los automóviles que circulan localmente,  son parte del gran negocio de los combustibles caros -gastan en exceso los vehículos varados -; como, de la escala gravosa impositiva que rige con relación a esos; a igual que, con lo factores que corresponden directamente a las adquisiciones de automóviles: cargas aduaneras; obtención de matrículas; derecho a circular (placas); seguro, etc.

Evidentemente, son aspectos esos que se han convertido en alcancías para los gobiernos de turno, en términos de captación de ingresos, por lo que su afectación hacia la baja, impide hacer muchas cosas enmendatorias en torno a esa grave situación de inmovilidad vial que se verifica en esta República.

Por tanto, los correctivos pertinentes lucen estar más lejos cada vez, debido a lo cual, la ciudadanía pudiente tendrá que comprar helicópteros para poder moverse; los carenciados seguir sacrificándose; y el Estado construir segundas plantas en calles y avenidas del país.

Entonces, son estas últimas, las únicas alternativas de solución, a las que por lo visto se tendrá que recurrir en esta nación, para poder enfrentar el inaguantable “pandemonio” de que aquí se trata.

Autor: Rolando Fernández

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Lo que tanta gente dice en Dominicana

Nos referimos a personas con edad avanzada; letradas por demás; y, que conocen en gran parte la verdadera historia patria local; no las narraciones cuestionadas, hechas por autores parcializados,  y con ciertos pincelados retaliatorios, principalmente en lo concerniente a la llamada “Era de Trujillo”.

Los observadores que han estado bien atentos a las épocas políticas posteriores a ese régimen de fuerza en el país, que reúnen tales características personales, y cuya consideración es que,  dichos periodos, han sido sinónimos de libertinaje; corrupción estatal; descalabro de las instituciones de la nación; e inseguridad ciudadana, entre otras cosas, se explayan regularmente, y han venido diciendo  a todo pulmón; “qué falta ha hecho  Trujillo en esta República”.

Se agudizó ese decir, recientemente, en ocasión del día de San Rafael (24 de octubre), fecha en que el otrora “Jefe” de la nación celebraba su onomástico, y las actividades sociales relativas a esa festividad, se hacían muy notorias entre los dominicanos.

Claro, el hablar de eso, es algo que no les gusta escuchar a muchos ilusionistas aquí, entre los que hay algunos que aún creen incluso,  que la hazaña por parte de los considerados complotados para poner fin esa  llamada “Era del Jefe”, matando a Trujillo, tenía un propósito enteramente patriótico: instauración en el país de una verdadera democracia representativa; como, el agenciar la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos de la República.

Evidentemente, tremendo chasco se ha producido para esos, porque, poco se pensó, en que aquellos seudo héroes, solo andaban en busca del disfrute del pudín estatal, en sustitución, tal lo conseguido a posteriori; y, de que el reparto de fortunas, con cargo al erario público, fuera mayor.

Por tanto, tampoco estuvo en mente, eso de promover algo mejor para el país; en que    todos los nacionales tuvieran de los mismos derechos, como oportunidades de desarrollo y progreso; al igual que, de libertades políticas imprescindibles, en términos de convivencias pacíficas.

Como se ha visto, desapareció la dictadura de Trujillo. ¿Y qué después? Innegable que, todo ha ido de mal en peor: muchos, supuestamente demócratas; ricos a granel; un libertinaje extremo; endeudamiento externo hasta la coronilla; falta de institucionalidad escandalosa; corrupción estatal rampante. y generalizada; inseguridad ciudadana alarmante, etc.,etc,

 Entonces, de las preguntas relativas que siempre se hacen son, ¿para qué mataron a Trujillo?  ¿Y todos sus bienes, dónde fueron a parar? ¡Se repiten, y se repiten ambas!

Autor: Rolando Fernández

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¡Y aquí en Dominicana hay Congreso!  Parecería que no

Por la forma en que determinadas ejecutorias oficiales se llevan a cabo en esta nación, y que disponen   otras instancias gubernamentales nuestras distintas al Congreso de la República, sin que hayan sido    homologadas, o al menos conocidas a nivel de ese Organismo estatal, de acuerdo con muchos alegatos que se oyen entre nosotros, son de las razones que, obviamente, provocan el que tanta gente en este país se esté preguntando: ¿y para qué existe el Poder Legislativo en Dominicana?

Es en esa línea que va la exclamación, a manera interrogativa, que encabeza este trabajo, conjuntamente con   el alusivo   juicio valorativo que a continuación se emite.

Innegable es que, se escuchan de ordinario tales expresiones, en voz de diversos ciudadanos pensantes nuestros, preocupados por los derroteros ensombrecidos, de “marca mayor” , que con facilidad se advierten en esta nación a lo lejos.  Notorio es que, cualquier compatriota, aun poco observador, puede hacerlo.   

En ese tenor, y por lo que se puede inferir, más que evidente se torna el hecho de que, en esta nación se está carente casi por completo de una verdadera representación social en el orden congresual, que es una de las decepciones pueblerinas más recurrentes cada vez entre compatriotas, a pesar de que, para eso se vota por los legisladores en cada ocasión.

Por el contrario, lo que sí se nace allí por lo visto, es politiquear; ejercer padrinazgos individualizados; como, adoptar decisiones que favorezcan a los sectores gravitantes locales, que promuevan electoralmente candidaturas, tanto a posibles legisladores, como a gobernantes que se oferten.

Ahora, de acuerdo con las informaciones que trascienden hasta la opinión pública, no hay que extrañase de los comportamientos que esos políticos allí destacados observan; pues, solamente se tiene que reparar en quienes conforman comúnmente – senadores y diputados – las dos Cámaras que se tienen en el Congreso Nacional, en cuanto a aptitudes, y actitudes éticas exhibidas.

Incuestionable es que, ambos hemiciclos camerales, conformados en gran parte por personas con perfiles negativos marcados, que dejan mucho que desear, bien mal operan entre nosotros, no cabe la menor duda, debido a esas calidades no aptas, que por lo regular aquellos exhiben.  

Se dice que, en su gran mayoría, se aprecia que son: analfabetos conceptuales; politiqueros connotados; «riferos” públicos; títeres del empresariado local; y, “levanta manos, o monigotes” del Poder Ejecutivo de turno, en cada cuatrienio.   

Por tanto, nada de regular, ni tampoco controlar, por parte los mal llamados legisladores; violentándose incluso, ocasionalmente, algunas disposiciones relativas de carácter constitucional, de las estipuladas, claro está, en la Carta Magna de la República. ¡Es de lo que más se ve!  

Evidentemente, esos “especímenes” así descritos, son por los cuales   la gente comúnmente vota en este país; por comprar aquellas voluntades ciudadanas a granel, en base a dádivas, o limosnas que se otorgan, y que solo dan para comer durante uno, o dos días.

En consecuencia, qué se puede esperar entonces; de los seudo congresistas nuestros, que lo que menos hacen es legislar; que solo saben aprobar cuánto les es sometido a su consideración por los mandamases locales, hasta sin leer las cosas muchas veces; y que nada más que “manosean”, a los fines de allantar toda vez.

Pero, además, mal elaboran leyes “acomodaticias”, siempre muy premeditadas, para favorecer a los grupos que gravitan entre nosotros; o, dictan resoluciones que solo beneficien a sus padrinos electoreros.

También, trabajan sin reparo alguno, en beneficio de los sectores políticos y empresariales que representan, vale recalcar, y que los catapultan hacia las curules que desean ocupar, después cada proceso electivo.

Por lo que se aprecia, jamás lo hacen, para beneficiar verdaderamente a la población mayoritaria de la República, la votante, que debería ser siempre el principal objetivo congresual.  

Legislar y aprobar para el pueblo en general, que se supone lo justo, en ese tan importante Poder del Estado nuestro, dentro del ordenamiento vigente, no se ve.  Lamentablemente, ¡no se hace!

En adición, tampoco se controlan allí las ejecutorias oficiales sujetas a concretización plena por parte de algunas autoridades, de forma tal que se reporten siempre loables, como beneficiosas para la sociedad generalizada del país.  

Pero, quién podrá demandar con firmeza tales cosas, en el temor de lo tratado: el pueblo soberano, que es el que pone y quita, gobernantes, o legisladores cada cuatrienio, período aquí fijado para los comicios de orden político.

Claro, de seguir esta población votando como hasta ahora, la misma interrogante, como el juicio valorativo que intitulan, continuarán en voz de muchos ciudadanos, se debe apuntar.

Luego, ya veremos hasta dónde se llegará en esta República, de continuarse procediendo de la misma forma en que hasta ahora; sin tenerse localmente una verdadera representación social a nivel del Congreso Nacional.

Y, como consecuencia de eso, estando además carentes los dominicanos de quienes en verdad se ocupen, y se preocupen, con respecto a los asuntos inherentes a los mismos.  

Autor: Rolando Fernández

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La mejor opción: ignorar a los ignorantes

Cuando las circunstancias obliguen a tener que interactuar en el marco de sociedades repletas de ignaros, como de analfabetos conceptuales, tal  la dominicana se aprecia, con mucho nivel acierto, la mejor salida por la que puede inclinarse cualquier persona algo pensante, y que haya tirado algunas páginas para izquierda, como se dice popularmente,  es no hacer caso a quienes se creen saber, discuten, alegan tener sin base, etc.,  que en realidad sobre nada conocen bien, podría decirse, contrario a su pensar tozudo;  y, que son ignorantes propiamente.

Aunque en algunos momentos pueda parecer eso como pedantería, realmente en el fondo no lo es; sí, una manera de evitarse enfados innecesarios,  pérdidas de tiempo, y malos entendidos, frente a personas que a veces se aprecian..

Se fundamenta la recomendación que intitula, en simples acepciones de ambos términos, como esas que aparecen en la red de la Internet:

1 – “No saber una cosa”. (Ignorante, adjetivo calificativo).

 2 –    “No hacer caso de una cosa o fingir      no tener conocimiento de ella”.(Ignorar, verbo, acción).

Es evidente que, no siempre que se abordan determinadas temáticas, mayormente profundas, ya sea a nivel individual o grupal, el que habla tiene la verdad absoluta, por lo cual se le puede rebatir, con altura, obviamente; y, esgrimiéndose argumentos bien fundados, claro está, no con sandeces a áreas, o baladíes, como muchas veces se hace.

La pantalla chica local – televisión -, dice mucho

En Dominicana, el que esté deseoso de formarse un juicio certero, con respecto al alto grado de “robotización”, ignorancia, e indolencia que ha venido arropando a la sociedad nuestra, desde hace ya algún tiempo, con segmentos mínimos excepcionales contados, solo tiene que sentarse por algunos ratos, frente a la pantalla chica local – televisión -. ¡Hágase!; qué material sustentatorio encontrará de sobra

Y, claro, también se deberá reparar con atención en los contenidos de los programas que se tienen; y, en los anuncios variados que se difunden, elaborados esos, sin lugar a duda, para gente poco pensante; que, por supuesto, no tiene capacidad de interpretación, y mucho menos de análisis.

Obviamente, todo es preparado allí, por personas interesadas en determinados propósitos, u objetivos a obtener; y, por los mercadólogos manipuladores ordinarios – verbigracia, promocionando basuras artísticas como grandes cosas – tomando en consideración el grueso de quienes habrán de ver y escuchar el medio:  ignaros en su gran mayoría.

También, en las propagandas diversas que se pasan; los bocinajes, para loar a políticos del patio, y las actuaciones de esos; como, en otras cosas “bellas e insulsas” más, que por allí comúnmente se exhiben.

Pero, además, escuchar en adición, con sosegada atención, a ciertos analistas, y comentaristas de fuste, no corporativos, como es obvio, que también se destacan en ese tan amplio medio de difusión, y que tratan de edificar en vano a esta población, sobre los males inminentes que le esperan.  ¡Caso omiso, se les hace!

Al intentarlo, de seguro advertirían quienes lo hagan, múltiples evidencias de las consideradas como persuasivas, en términos de la afectación negativa social nuestra que hoy se verifica.

Aunque. en un marco muy distinto, ese es un concepto “orientador”, que bien manejan los que ejercen la Contaduría Pública, y lo aplican siempre, previo al comienzo de las labores de auditaría, cuando son contratados para tales fines.

Les sirven esas a los profesionales de dicha área, porque en ellas fundamentan, en gran parte, la evaluación del control interno existente en la empresa de que se trate; lo que a su vez norma la profundidad de que deben ser objeto las pruebas evalutorias a realizar en cada caso; y, así poder estar en condiciones de emitir opiniones de peso, respecto de las cifras sujetas a examen; y, hablar o no con precisión, en torno a la razonabilidad atribuible a las mismas.

Valdera se reporta la analogía que aquí se hace; pues, a partir de las evidencias persuasivas que se aporten desde la pantalla chica local, repleta de mediocridades; programas disparatados; telenovelas; música urbana, y demás “yerbas aromáticas”,  etc. se hace muy fácil aquilatar al grueso de la sociedad del país, en términos de la capacidad pensante mínima que se tiene, y los demás atributos intelectuales que serían necesarios, cosas que evidentemente brillan por su ausencia.

Entonces, ante un conglomerado social así conformado, cómo luego poder forjarse esperanzas prometedoras con relación al mismo, sería la pregunta obligada; cuando no, la inferencia de lugar.

Es Indudable que, al mismo tipo de evidencia señalado más arriba, puede apelar cualquier persona, para darse cuenta del por qué se les hace tan fácil a los poderes hegemónicos que aquí gravitan, políticos y empresariales, entretener, como embaucar a la ciudadanía local; e inducirle incluso, al desvío de la atención, respecto de las principales problemáticas nacionales.

Lo consiguen a través de pronunciar discursos floridos; como, publicar titulares periodísticos para embobar a los compatriotas, con el concurso de la prensa amarilla que se gasta el país; al tiempo de recurrir a las demagogias, y las posverdades de estilo.

Mucho se presta el tiempo presente, pese a la “extemporaneidad” con que se viene actuando, a los fines de comprobar cuanto se ha expresado con anterioridad, viendo a toda esta claque politiquera nacional, cuyas andanzas la población bien conoce, repletas de patrañas alarmantes, como de actos indecorosos en que han incurrido. Sin embargo, continúa recibiendo aquella los vítores, aplausos, y los lambonismos acostumbrados.

¿Por qué? Debido a que, un gran segmento de esta población carece de consciencia; que muy rápido olvida; que fácilmente se le compra; y, que es asidua televidente de la mediocre y disparatada programación que se ofrece a través de la pantalla chica local.

Al igual que las forma en que se procura entretener a este pueblo, con las “basuras” televisadas que recibe conforme, en que lo excepcional es muy poco, como el elevado el grado de aceptación ciudadana, vale recalcar, actitudes similares se observan, cuando los políticos del patio se inclinan por los narigoneos acostumbrados, y que tienen como objetivo a esta victimizada población.

Luego, la pantalla chica local es evidente que se reporta, como muy buen indicador de la clase de sociedad que tiene el país: “robotizada”, e impensante; fácil de manipular, como de llevarle donde se quiera.

Autor: Rolando Fernández

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¡Penoso eso! La “estructura” del PRM podría derrumbarse rápido

No hay que ser un ducho político, solo una persona observadora, para darse cuenta de que el partido oficial de gobierno se ha ido quedando sin reales bases “sustentatorias”, por lo que puede “desplomarse” en cualquier momento, de no precaver efectos nocivos posibles en ese orden sus autoridades superiores, con la rapidez debida. Eso está más que a la vista. ¿Por qué? Veamos:

Primero, en razón de las crisis internas que le han estado afectando desde que asumió el poder; como, las rebatiñas notables entre miembros integrantes de esa entidad, que no hay duda habrán de provocar la creación de tendencias internas, circunstancias consideradas muy dañosas en el seno de cualquier organización partidarista. ¡Los referentes están de sobra!

Segundo, por el desprecio innegable que se ha venido verificando en torno a su base, ¡la que se fajó en gran parte para llevarle al poder!, después de alzarse con el mismo la entidad política, en el proceso electoral pasado.  

Claro, en ese sentido último, y en parte cabe señalar, para dar paso a los denominados “popis”, engreídos en grado sumo; como, a los ricachones que acompañan al señor presidente en sus acciones gubernamentales; y, que como es obvio imaginar, estos solo procuran ir al Estado ahora en pos de recuperar los dineros invertidos en el proyecto político perremeísta; como, en agenciarse aumentar los haberes acumulados con anterioridad al triunfo logrado en esta ocasión. Recordable a propósito es que: ¡los ricos no votan, ni participan en caravanas!  Esos solo financian actividades relativas.

En el tenor de lo tratado, es previsible que, a esa institución se le está haciendo tarde para recuperar todo el terreno ya perdido, que han provocado las situaciones señaladas precedentemente.

Por supuesto, amén está la ausencia, más que notable, del no cumplimiento fiel, hasta ahora, de los cambios ofrecidos a la población durante la campaña electoral pasada, en el manejo de la cosa pública, y en términos exclusivos diversos, que no se alcanzan a ver por ninguna parte.

Agravando esos escenarios, en adición está, el alto costo de la vida presente en el país, lo cual contribuye al aumento de la pobreza; y, que, por lo visto, nada más se quiere estar achacando a eventos acaecidos en el exterior.  

Notorio es que, jamás se habla de la especulación galopante interna que se verifica entre nosotros; como, tampoco sobre lo concerniente a la falta de los controles oficiales pertinentes, creyéndose los mandamases de turno, que la gente pensante aquí se acabó.

Pero, también están: la crisis fehaciente en los servicios públicos (generales); la electricidad cara y deficiente que se sirve a la población; los combustibles por las nubes que se venden a la gente; el descalabro de la educación, que ahora pone más en evidencia el inicio frustrante del presente año escolar; el escalonado endeudamiento externo; y, la inseguridad ciudadana inocultable., entre otros males presentes.

Luego, es previsible que, de continuarse transitando por los mismos caminos que hasta el momento, el futuro que le espera a ese partido – PRM  -, es   el “descalabro institucional” que les ha ocurrido a otras entidades locales del mismo género,

Un causal muy importante a destacar, y que se debe tener presente en tal sentido, es que, con ineptos no se puede gobernar bien; y, menos, sin dar cumplimiento a los ofrecimientos hechos en campaña electoral, lo cual frustra innegablemente después a la población.

Evidentemente, a partir de lo expresado antes, es obvio que, el porvenir se torna bien oscuro para cualquier entidad política gobernante, con intenciones incluso de un eventual retorno al poder, una vez concluido el periodo de disfrute presente, tal es el caso que nos ocupa, cuando se margina su base “sustentatoria”; y, se le desprecia, como es lo que se está viendo en esta oportunidad, vale reiterar, con respecto al PRM.  

Autor: Rolando Fernández

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Políticos dominicanos, véanse en espejos ajenos. ¡Cuidado!

Nunca se debe olvidar, aunque en ocasiones se logre engatusar a los pueblos que se tengan bajo su poder, que no procede estar jugando con la inteligencia de los mismos; y, mucho menos, nunca ignorar, el que estos siempre recuerdan los despropósitos pasados cometidos en su contra.

Que   cuando reaccionan aquellos, lo hacen de muy mala manera; que no hay muralla, ni ejercicito para detenerles, una vez avanzan en pos de retaliar, o vengarse.

Con el significativo tiempo que resta para que se produzca un nuevo proceso electoral en esta nación, ya los dirigentes de los principales partidos políticos del ruedo local, incluyendo el oficialista de turno, cuya gestión ha dejado tanto que desear hasta ahora, están pretendiendo ir de nuevo sobre los mismos rieles de siempre.

En ese tenor se tienen, las promesas que se hacen en el aire; demagogias a granel; posverdades; floridos discursos “allantosos”; titulares periodísticos para entretener, o hacer desviar la atención de la gente sobre las principales problemáticas que agobian a esta sociedad, etc. Todo de cara al 2024.

Para lo que falta de éste, y durante el próximo año 2023, nada se dice de corregir, o recomendar medidas, respecto de los entuertos. los serios problemas, que vienen acogotando a este pueblo.

Sobre la escasez de servicios públicos generalizada; la falta de agua; salud pública, educación hoy, peor que cuando Trujillo; endeudamiento externo escandaloso; impuestos a la población abusivos; electricidad deficiente, y cara; especulación con los combustibles; la canasta familiar; el caos en el tránsito vehicular; inseguridad ciudadana, etc. De esas cosas, nadie quiere hablar. ¡Intentar venderse como mejor sí!

¡Todo es para después que pase el proceso electoral; para ahora nada! Eso significa que, el asunto es buscar votos, para continuar en el poder; o, alzarse con el mismo, los que no han llegado. Después de la contienda, tampoco se va a hacer nada. ¡Es más que previsible!

¡Despierta pueblo! Nada de confundirse. A concienciarse, sí es lo que procede. Solamente quieren tu voto para continuar subidos en el palo; o, encaramarse por primera ocasión los que no han estado en el mismo.

Políticos, se pueden llevar tremendo chasco en esta ocasión. Ya este pueblo está aprendiendo a conceptualizar, por cuánto le han hecho pasar

Autor: Rolando Fernández

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Recogiendo lo que se ha sembrado, en Dominicana

¡En eso se está aquí desde hace años! Porqué entonces estar asombrándose y quejándose ahora de la gravosa cosecha que se ha venido obteniendo; a través de años, aunque, es innegables que, ya las “cosas están pasando de castaño a gris”, como se diría en leguaje pueblerino, por lo que, no a pocos ciudadanos de esta nación les vienen preocupando los grandes flagelos existentes, in crescendo actualmente cada vez, debido a los riesgos probables que entienden correr, en contra hasta de sus propias vidas.

Ahora, es evidente que, tampoco quieren ir directamente, los que están en capacidad de hacerlo, a las causales reales que subyacen en cuántas situaciones despreciables asociadas se verifican en el país; sino que, siempre se está recurriendo a los llamados “paños con pasta”, para hacer frente a las presiones que se reciben; como, a procurar seguir “agarrando el rábano por las hojas”, otra expresión muy popular, para aparentar la toma de acciones correctivas, que siempre se quedan en carpeta.

Todo el deprimente panorama antisocial, delincuencial, y de criminalidad, que en la actualidad vive la población dominicana, viene siendo sembrado desde hace años, por toda esta “bandada” de políticos desaprensivos y corruptos que han gobernado la República durante los últimos tiempos; y, que han permitido una desaforada penetración cultural hacia la misma, con paradigmas muy cuestionables para muchos pensantes locales.

También está en su base, el bombardeo tecnológico sistemático, a partir de la magia de la mercadotecnia, en el marco de una sociedad de analfabetos en un alto porcentaje; gente sin capacidad pensante, y que no conceptualiza por supuesto.

El mismo es promovido, de forma directa, o indirecta, por los poderosos sectores económicos y políticos que han estado gravitando durante las últimas décadas entre nosotros, para mantener robotizado siempre al grueso de la población, y tenerlo a su merced.

Evidentemente, ¡se engatusa, y se maneja más fácil así!, procurando que se esté ensimismado frente a la pantalla de un celular; o una computadora (tableta); como, saboreándose el postre malsano, en adición, de una televisión local inductora hacia muchas malas acciones.

El propósito perseguido de robotizar y manejar a la gente, se ha venido logrando a todo dar. Las personas están siendo deshumanizada. Los resultados son cada vez más evidentes.

Eso de la “inmadurez psicológica” del grueso de las entidades que habitan el planeta Tierra, y que se refleja en los humanos, por su cercanía aún con la especie inmediatamente inferior, los animales, a que se hace referencia más delante en este trabajo se le está sacando bastante provecho.

Ahora, cuando cualquier persona reflexiva repara con atención sostenida sobre la “espeluznidad” que caracteriza a determinados hechos que acontecen a nivel de la sociedad mundial, a los cuales no se les encuentra explicación en el marco de la mente humana, y que se pueden considerar como “irracionales” en gran parte, las preocupaciones por lo que viene ocurriendo, lógicamente, tienden a ser de superior grado.

Nos referimos con principalía, a aquellos que reportan criminalidad sangrienta extrema, ingratitud, codicias, envidias, etc.; como, a los mismos que tienen que ver con la flagrante delincuencia, en sus géneros diversos, que también se verifica. Ambos, bien se pueden distanciar en parte, respecto de las causales concretas terrenales aludidas con anterioridad.

Siendo así, y con relación a los más contundentes que se verifican, inexplicables en grado sumo, vale repetir, nada más quedaría otro posible motivo posible a considerar, y es aquel a que se hace mención en el ámbito de la Doctrina de los Espíritus, el siguiente:

Según la misma, “nuestro planeta es habitado en su mayoría, por espíritus muy cercanos a la animalidad”; entendiéndose que, se refiere a la especie inmediatamente inferior, de la cual proviene la de los humanos; es decir, los animales.  

De ahí se puede inferir la “Inmadurez psicológica” atribuible a esas entidades encarnadas de que se habla en ese ámbito, y que aún les caracteriza, por lo que, la irracionalidad obvia que se desprende, puede arrastrar hacia el egoísmo, la ingratitud, la rebeldía, la criminalidad, y el inmediatismo, etc., que tanto se aprecian hoy.    

Por tanto, se presume que, pueden estar esas condiciones provocando, obviamente, el que los humanos vengan asumiendo comportamientos tan cuestionables, e impropios, como los que se observan de ordinario.

Preciso es apuntar en esta parte, antes de proseguir, primeramente, que, según sostienen connotados esoteristas, el verdadero hombre es la entidad espiritual que se encarna en la Tierra, revestida de un cuerpo físico, para poder manifestarse; incluyendo el cumplir con la misión encomendada a llevar efecto, por el Creador Supremo, y la conquista de la porción permitida, dentro del karma maduro acumulado, que se le asigne, en torno a cada corriente de vida sujeta a cursar.

En el mismo sentido, también se habla de que, “el grueso de la humanidad se encuentra en el estadio de la llamada conciencia del sueño”. A decir de algunos entendidos, “se trata la calificación de hombres fisiológicos, viviendo exclusivamente para la atención de las necesidades orgánicas”.! ¡Eso de espiritualidad, es lo de menos!

De acuerdo con otra definición, “son criaturas subdiafragmáticas, o sea, criaturas que tienen tan solo como objetivo la atención de las necesidades del estómago y el sexo”.

De acuerdo con cuanto se expone en el contexto espiritual, que sería la última fuente a recurrir en busca de respuestas, respecto de algunos hechos variados, e inexplicables, dentro de la temática que aquí se trata, y dada la magnitud que tantos de ellos revisten, independientemente de ser creyente, o no, no cabe duda de que, hay suficientes elementos de juicio en el mismo, para derivar los porqués anda la especie humana observando comportamientos tan deplorables.

Evidentemente, se infiere que, es a partir de ese ámbito, desde donde es posible ponderar los eventos menos inescrutables; como, los mismos de menor grado, pero que también se pueden originar allí, y cuyas causales son identificables, como posible su combate a los fines de enmendar.   

 Ahora, debe tenerse bien claro siempre, que solo en la medida en que las entidades encarnadas en el plano físico vayan obteniendo el avance evolutivo correspondiente, teniendo como marco el sendero consciente a cursar, dentro de la corriente de vida que se trate., se irán obteniendo los logros de cambios significativos en el tenor de lo abordado hasta aquí.

¡Tema para profunda reflexión, verdad!; ya que, visto el asunto desde esa óptica, lo espiritual propiamente, se torna bastante complejo, e intrincado, en el marco exclusivo de la mente humana.

Autor: Rolando Fernández

http://www.rfcaminemo.wordpress.com

Las “popisadas”, y otros, han truncado los cambios esperados   

Es una lástima, que la esperanza última cifrada por este pueblo, motivo por el cual se inclinó a sufragar en masa, acudiendo a las urnas durante el proceso electoral próximo pasado, que se llevara a cabo en el país, se haya visto frustrada hasta el momento.

Los cambios ofrecidos por el partido oficial de turno; como, el concretizar la voluntad de introducir las reivindicaciones por las que tanto ha esperado esta población desde hace años, tan pronto fuera alcanzado el poder por el mismo, son cosas que hasta el presente han quedado en carpeta, como en el “jardín” de los ofrecimientos electoreros acostumbrados, luciendo cada vez más lejos, el que se puedan verificar en lo adelante.

Diversas razones podrían estar provocando el incumplimiento gubernamental actual, respecto de las promesas hechas en el ayer por el partido oficialista hoy, durante la campaña electoral próxima pasada.

Entre esas pueden estar, primeramente, como base, las que   siempre se dan con todos los mandatarios elegidos en esta nación, bajo el llamado “régimen democrático representativo”: las ataduras que se contraen con los poderosos sectores económicos empresariales que patrocinan las candidaturas de los aspirantes a alcanzar la primera magistratura del Estado nuestro; y, que, de ordinario, van luego por las reciprocidades que esperan sean cumplidas. Que, por demás, trazan muchas de las políticas gubernamentales a disponer.

También, no hay que olvidar, los acostumbrados acuerdos de aposentos, entre partidos políticos, que se conciertan, en pos de apoyo a los que aspiran llegar; como, el agenciase impunidad, ante los hechos gravosos en que puedan haber incurrido los que posiblemente sean desplazados del poder. 

Claro, con esos compromisos contraídos, se tiene que aprender a jugar, ya que no son los empresarios los que sufragan; como, tampoco las organizaciones políticas que pactan, durante los procesos electorales.

 Obviamente, ¡es el pueblo quien lo hace!; máxime, cuando se tienen aspiraciones de un retorno al poder, como en este caso, luego de que concluya el periodo para el cual se fue elegido.

En segundo lugar, y quizás, como producto directo de las mismas ataduras con los que financian proyectos políticos, tal en el presente ocurre, innegablemente, están, las burlonas designaciones de los llamados “popis” para dirigir ciertos ministerios estatales; gente sin capacidad, como tampoco experiencia sobre los asuntos de Estado.

Tales decisiones se han adoptado, a pesar de haber tantos hombres aptos en este país, para acompañar al señor presidente en sus ejecutorias; incluso, dentro del mismo PRM, valores que bien podrían ayudar a dirigir la cosa pública local, con una mayor efectividad.

¡Así no se gobierna una nación!, sin los concursos requeridos. Ahora, a veces, claro está, son las circunstancias compromisorias. las que mandan. Y, de ser así, ¿qué se puede esperar entonces?

Pero, además de los “niños lindos y engreídos “nombrados actualmente en cargos estatales, representantes de grupos económicos en la mayoría de lo casos, llevando a cabo acciones cuestionables; como, observando  displicencias muy marcadas, en las que incurren regularmente, el primer mandatario de la nación se está haciendo acompañar de “ricachones”, que solo andan en busca de aumentar sus “frioleras” de recursos económicos, y a los cuales nada les importan las penurias, como tampoco los recurrentes sufrimientos que padecen las grandes mayorías nacionales.

Otra circunstancia que puede estar influyendo en el que los cambios tan cantaleteados durante la campaña electoral última, por el partido oficialista, no se alcancen a ver, es que, al parecer, se fue al gobierno, sin un programa real de trabajo sujeto a aplicación.

Eso se estuvo advirtiendo ahora en el área específica de la educación, cuando se tenía la pretensión oficial de reducir los recursos del 4% del PIB, presupuestados para el año 2022, bajo el supuesto de que los dineros asignados para tal periodo, según lo apreciado, no serían utilizados en su totalidad, lo cual evidencia la falta de programación, o de gerencia, por parte del ministerio de Educación.

Ahora la presión social negativa recibida a ese respecto, hizo que se diera marcha atrás a la iniciativa, después de que se tratara de vender la idea, y de que muchas “bocinas” pagadas se pronunciaran en favor de la misma. 

Sobre el particular, en reunión celebrada con los representantes del sector se dijo que:   “que el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, reiteró durante el encuentro que el presupuesto de Educación permanecerá intacto este año, con lo cual el Gobierno habría desistido de sus intentos de destinar más de 4,000 millones de pesos de ese monto, como lo sometiera ante el Congreso Nacional en el Presupuesto Complementario”. (Perotico digital “Al Momento”, del 7-9-22).

En ese orden, es obvio que, la “mancha emocional” en la gente, provocada por un despropósito de esa naturaleza, considerado inusual; e incluso, con ribetes notables de inconstitucionalidad, quedó “impresa” en la mente de la población. Y, se infiere que, ¡muy difícil será, el que esa se borre, al menos, en el corto tiempo!

¿Y entones, don Luis?  Son aspectos esos que indiscutiblemente merecen una profunda reflexión. Usted trabajando solo, jamás podrá honrar los compromisos asumidos frente a esta sociedad durante la campaña electoral en que resultó seleccionado para dirigir los destinos nacionales.

Además, son cosas esas que, innegablemente, le pueden restar mucho, en términos de sus aspiraciones a ser reelecto, a partir del año 2024, en que habrá de concluir el presente mandato presidencial a su cargo. La intención, aunque algo sutil, está siendo puesta en evidencia.  

Por tanto,  ¡meditar, sosegadamente en esa línea, procede, señor presidente!

Autor: Rolando Fernández

www.rfcaminmow.wordpress.com